Comentarios de la Bahía

Por Nayar Araiza

Muchos políticos son como las prostitutas

*Reiteradamente critican a la prensa, pero son peores.

Muchos políticos, no todos, hay honrosas excepciones, con algunas de sus acciones, la mayoría de las veces, plagadas de traición, demagogia y simulación, demuestran un alto grado de degradación social, de bajeza con tal de conseguir ascender en los cargos públicos y hacer negocios al amparo del poder.

No pocos son intolerantes y autoritarios ante la crítica periodística; reiteradamente desprestigian a los trabajadores de la prensa, a la perrada, «chayoteros», «vendidos» -acusan-, desacreditan a los medios, ahora trasladados al periodismo digital vinculado a las redes sociales, pero que no dejan de cumplir la misma función.

Pero, en su mayoría, estos políticos en la práctica son peores que los periodistas que señalan, que son más nobles, honestos y sinceros, incluso son a los primeros en buscar previo a los procesos electorales, pero cuando ya no los necesitan, los rechazan y desprecian, no cumplen sus compromisos, pero eso sí, los vuelven a buscar cuando se acerca otra campaña.

Simplemente nuestros políticos son como las putas en un prostíbulo, traicionan y se venden al mejor postor según sus intereses, brincan como trapecistas de un partido a otro, se alinean con el poder, con el régimen vigente, no tienen principios ideológicos. Lo estamos viendo. Ni cara tienen de criticar a los verdaderos periodistas de »chayoteros».

Los políticos cuando son aspirantes a los cargos públicos, a los primeros en llamar son a los trabajadores de los medios de comunicación, columnistas, cartonistas, fotógrafos y hábiles reporteros para que les redacten “boletines”, pero contrariamente cuando traen dinero o llegan al poder del Estado en sus tres niveles, lo »último que pagan» es precisamente a la prensa que necesitaron y utilizaron; igualmente cuando no tienen dinero lo primero que dejan de pagar es también prensa, piden hasta fiado en las campañas, “cuando llegue te va ir bien” es la cantaleta de siempre. Ya no les crean.

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