Por Lic. José Vargas Carrasco.
Egresado de la Facultad de Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México.
– EL OTOÑO DEL 68 –
…La justicia es la aspiración suprema que el tiempo reconoce como perseverancia».
La verdad oficial fue una, otra la que escribió con sangre aquella generación gloriosa. La primera mantuvo su perversa distancia con la segunda. El 2 de octubre de 1968 está inmortalizado contra la amenaza del olvido. Un » NO SE OLVIDA» muestra su perpetuidad histórica en el memorial en el memorial colectivo, en la narrativa de la sociedad de hoy.
El 68′ significa una victoria negada y regateada por un viejo régimen político autoritario, dictador que decidió tomar el camino equivocado de la represión despreciando el estado de derecho. Aquella rebelde generación había sido víctima de una cobarde trampa de uno de los gobiernos más represores y absolutistas que México haya tenido.
2 de octubre fue la tarde-noche de la muerte decretada donde awuel símbolo fraterno de la paloma blanca de la paz y la olimpiada fue manchada de sangre en pleno vuelo. MI ADOLESCENCIA a mi corta edad en aquel año (12), planteaba mas preguntas que respuestas, más dudas que explicaciones.
1968 desde entonces marcó para siempre mi conciencia social, la de un «muchachito» como se refirió Diaz Ordaz a un comunicador.
El OTOÑO DEL 68 cotejó las 2 verdades, la del genocida Presidente GDO y la de los jóvenes mártires. La primera transitó por la farsa y especulación de un mutismo presidencial cínico, la otra por el guión del propio hecho.
Hoy a 75 años de aquella misteriosa luz de bengala, aquella farsa de Diaz Ordaz llegó a su jubilación vergonzante quedando sepultada por la historia misma, por los sobrevivientes de octubre, de aquel OTOÑO DEL 68′.Un abrázate amigas y amigos todos.

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