Contralínea

Por Francisco Javier Villa

Prevalece la Coordinación en seguridad pública y tránsito municipal

La unión de esfuerzos, así como la coordinación entre Ricardo Guerra, director general de la Dirección de seguridad pública y tránsito municipal, al igual que Pedro Baños, el subdirector de Tránsito municipal, han sido importantes para mantener orden entre las dos corporaciones, las que se han entendido para trabajar de manera coordinada a favor de la ciudadanía, quienes están recibiendo gran apoyo del presidente municipal, doctor Jaime Alonso Cuevas Tello, quien ha sido gestor y promotor para dotar de equipo de radio comunicación de vanguardia tecnológica, de la misma manera equipo de automotores que cubren gran parte del territorio de Bahía de Banderas, y en donde el alcalde ha manifestado que buscará conseguir más patrullas que permitan acceder a la entrega para las dos corporaciones, puesto que la contratación de más personal hace que ya se piense en establecer una academia propia para capacitar físicamente, mental, tecnológica y hasta del uso de armas para estar listos para brindar más y mejor seguridad para la gente.

Próximamente se hará la entrega de una caseta bien equipada para la DSPM en el área de Punta de Mita, ya que las instalaciones ubicadas cerca de la zona de restaurantes han sido remodeladas y equipadas para cubrir las comunidades de Emiliano Zapata, Corral del Risco y hasta Higuera Blanca permitirá que la presencia policiaca, así como de vialidad esté presente en esa parte de la costa.

El próximo mes de marzo se entregará a la Fiscalía del Estado las instalaciones del Cereso Regional establecido en Bucerías, quienes se harán cargo del mantenimiento, del cuidado y seguridad de los presos, mientras que la DSPM regresará a la cabecera municipal de Valle de Banderas en las instalaciones donde alguna vez estuvo la cárcel municipal, no se sabe si subjefatura de tránsito municipal también hará lo mismo o se mantendrá en las oficinas de Plaza Las Palmas allá en San Vicente.

Hablando de otras cosas, hace unos días estuve platicando con Lalo Rodríguez Plascencia, presidente del ejido de Sayulita quien ha sido factor de unidad de este importante núcleo ejidal de Bahía de Banderas, comentó que su trabajo va encaminado a que al ejido que representa obtenga beneficios que ayuden a sus más de 400 miembros, que la intención es que lleguen capitales y recursos económicos que atraigan empleos, que las comunidades de Lo de Marcos, San Pancho, Sayulita y demás obtengan inversiones que hagan crecer la economía de los ejidatarios y por consiguiente de los que habitamos aquí. Busca además que los servicios básicos como es el agua potable, el saneamiento de las aguas negras y el orden en los pueblos prevalezcan para que el desarrollo, el orden y más que nada la confianza de que el ejido obtenga más beneficios conjuntamente con los pueblos.

Por cierto también visité a mi amigo Guillermo Rodríguez Siordia, mejor conocido como “El Güango”, a quien encontré en su restaurante “El Costeño”, siempre amable, contento y con ganas de compartir de sus experiencias, un día antes fue su cumpleaños y lo felicité como debe ser, a Memo nunca se le quita esa sonrisa que ya es harto conocida por todos, que bueno que este personaje de Sayulita y de la vida política de Nayarit se mantenga así.

En donde siguen las cosas mal y de malas es en San Pancho, en donde gente que se cree dueña del pueblo, de las playas y hasta de la gente, mantiene su postura de que el desarrollo turístico no llegue a beneficiar a la gente, ya que buscan la manera de que los inversionistas no lleguen a realizar esa derrama económica que tanto necesita ese pueblo de la costa, ahora que alguien llegó a dejar una millonada de dólares en inversiones se ponen a reclamar hechos infundados, aducen que la construcción de Punta Paraíso “les quitará la playa y hasta el mar”, cosa de lo más estúpida, ya que a pesar de que ya les mostraron los planos, las licencias, las concesiones, mantienen la postura de que ellos son los que mandan, o sea que “ni comen, ni dejan comer”, pues raya en lo ridículo la postura de tratar de evitar que “les quiten la playa”, mejor dicho ese campamento del destrampe en donde llegaban de todo tipo de gente para ahogar sus penas y sus traumas.

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