La polémica Nuevo Vallarta a Nuevo Nayarit

Por Nayar Araiza López

La polémica Nuevo Vallarta a Nuevo Nayarit

• Se «hicieron pelotas» los asesores del mandatario Navarro Quintero, ya que el fondo es liquidar la corrupción que inició con el ex gobernador Ney González con el pretexto de “impulsar” el turismo

• En política y administración pública la forma es fondo, lo que indiscutiblemente en este asunto no se cumplió, ya que no se tomó en cuenta a la Presidente Mirtha Villalvazo

• Nuevo Vallarta es un fraccionamiento, tal como lo es Valle Dorado, Costa Coral o Las Ceibas, competencia exclusivamente municipal

• El origen de la recaudación, es para invertir en obra pública y desarrollo social

• La “promoción turística” ha sido un “cochinero” que ha hecho ricos a muchos al amparo del poder político, sus intereses han sido de “hoteleros corruptos de cuello blanco” no los del Estado ni de la sociedad

Gran controversia causó el anuncio del Gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, de cambiar el nombre de Nuevo Vallarta a Nuevo Nayarit, que según la propia declaración que hizo en su semanal conferencia de prensa, se interpreta como una estrategia de reposicionamiento de Nayarit en materia turística, incluso así lo manejaron algunos medios estatales y nacionales.

Pero en política y administración pública la forma es fondo, lo que indiscutiblemente en este asunto no se cumplió, ya que la Presidente Mirtha Villalvazo al ser cuestionada por la prensa, aseguró que estaba extrañada porque se supone está trabajando en coordinación con el Estado y absolutamente nadie le informó de este asunto, ni el Secretario General, ni el Secretario Particular, mucho menos el Secretario de Turismo, puntualizando que Navarro Quintero por su experiencia política tiene conocimiento de como trascendió el municipio y que ella es la presidente municipal, pero que también como abogada, afirmó que jurídicamente es la única que puede hacer la petición formal para realizar un cambio o modificación.

La alcaldesa tiene razón, ya que el Artículo 115 constitucional es muy claro al respecto, en tanto al municipio libre y su autonomía, para formular, aprobar y administrar la zonificación y planes de desarrollo urbano municipal; calles, parques y jardines, su equipamiento; esta normativa también menciona que el procedimiento y condiciones para que “el gobierno estatal” asuma una función o servicio municipal cuando, al no existir un convenio correspondiente, la legislatura estatal considere que el municipio de que se trate esté imposibilitado para ejercerlos o prestarlos, lo que definitivamente no es el caso.

Señala también el 115, que será necesaria solicitud previa del ayuntamiento respectivo, aprobada por cuando menos las dos terceras partes de sus integrantes; por lo tanto, la primera edil Mirtha Villalvazo está en lo cierto, es la única que puede solicitar una determinación de esta magnitud, ya que Nuevo Vallarta es un fraccionamiento, tal como lo es Valle Dorado, Costa Coral o Las Ceibas, competencia exclusivamente municipal, aunque después de más de 30 años, no se ha entregado al municipio, lo que es también un irregularidad, ya que Nuevo Vallarta junto con su Asociación de Colonos, coludidos con administraciones anteriores de FIBBA, ha sido un nido de que propicia corrupción.

Puede ser también, porque no ha fluido mayor información al respecto por parte de la Secretaría de Turismo Estatal, que el cambio de nombre forme parte de una iniciativa legislativa o decreto gubernamental, el mismo gobernador señaló en su anuncio que “estaban en la discusión”; pero según el Artículo 47, fracción Tercera de la Constitución Política del Estado de Nayarit, resalta las facultades de los integrantes del Poder Legislativo respecto a los territorios. Y es que el mismo Constitucional 115 señala que las legislaturas estatales emitirán las normas que establezcan los procedimientos mediante los cuales se resolverán los conflictos que se presenten entre los municipios y el gobierno del Estado.

En toda esta controversia creo se «hicieron pelotas» los asesores en turismo del mandatario Miguel Ángel Navarro Quintero, ya que el fondo del asunto, es liquidar la histórica corrupción y «pillaje» que inició con el ex gobernador Ney González con el pretexto de impulsar el turismo, en donde robaron de “lo lindo” con el Fideicomiso de Promoción Turística y el FIBBA, dilapidando el Impuesto al Hospedaje, dinero público que destinaban a «negocios privados» con el «parapeto» de la «promoción», que hacían un grupo de empresarios vivales a través de la OVC que dirigía un extranjero corrupto, que hay que puntualizar fue con la marca «Riviera Nayarit», no con la de «Nuevo Vallarta», de la cual hicieron negocio redondo, aparentando ser de propiedad estatal, porque además reciben pago por el uso de la marca, además de las empresas de publicidad fantasma con las que succionaban millonarios recursos.

Simplemente la “promoción turística” ha sido un “cochinero” que ha hecho ricos a muchos al amparo del poder político, sus intereses han sido particulares, de las empresas privadas de “hoteleros corruptos de cuello blanco” no los del Estado ni de la sociedad, de ahí la decisión del mandatario de aumentar el Impuesto al Hospedaje, del 3 al 5 por ciento, una parte para pagar la enorme deuda adquirida justificada con esto del impulso al turismo y la otra para promover no nada más a Bahía de Banderas, sino a todo Nayarit, lo que considero correcto.

Y es que recordemos que el gobernador denunció un adeudo de 7 mil millones de pesos cuando inventaron su marca Riviera Nayarit, también en el sexenio de Ney González, motivo por el cual removió de sus cargos a los titulares del Fideicomiso de Turismo de Bahía de Banderas y Promoción Turística, dando indicaciones a la Auditoría Superior para investigar su administración; a esto hay que sumarle la recuperación de los 40 mil metros de playas y espacios públicos concesionados a particulares a precios irrisorios en perjuicio de arcas estatales.

Dificultades legales, burocráticas  y error político

Cambiar de nombre a un fraccionamiento municipal, igualmente implicaría grandes problemas principalmente porque hay contratos sin finiquitar de Banobras con NUVASA (Nuevo Vallarta, S.A). así como cientos de escrituraciones y proyectos en construcción de desarrollos hoteleros y condominales, al igual de la parte burocrática que tendría que ver con los recibos de luz, agua, telefonía y demás, aunque tampoco afecta la propiedad de quienes son dueños de sus fincas, hoteles y fraccionamientos dentro de Nuevo Vallarta.

Si no toman en cuenta al Municipio para cambiar de nombre al Fraccionamiento Nuevo Vallarta, lo que es un grave error político, que ya cometieron al no informar a la Presidente Mirtha Villalvazo, significa que solo el Congreso mediante iniciativa y decreto gubernamental podrán hacerlo, la “forma es fondo”, con todas las implicaciones jurídicas y burocráticas que esto implica, que les podría ocasionar que los aliados de hoy sean sus adversarios en el futuro del grupo gobernante en Nayarit, tanto empresarios como políticos; creo también que pragmáticamente, es necesario impulsar la nueva marca Nuevo Nayarit, una marca propia, con identidad, promocionar todo el Estado y no nada más Bahía de Banderas, porque Riviera Nayarit significa corrupción; con un buen trabajo de marketing los especialistas sabrán comunicar que es Nayarit y que es Puerto Vallarta.

Historias de corrupción

FIBBA, FONATUR, el Fideicomiso de Promoción Turística, la Asociación de Colonos de Nuevo Vallarta y la OVC, han sido caldo de cultivo para la corrupción, ya está demostrado con los datos que el propio Gobernador Miguel Ángel Navarro ha revelado públicamente en sus conferencias de prensa, hay mucha tela de donde cortar en este tema, supongo que de ahí las acciones anunciadas para combatir estas palmarias irregularidades e impulsar una nueva marca turística de Nayarit en su conjunto “Nuevo Nayarit”, aunque reitero que el “pillaje” lo han hecho con la marca Riviera Nayarit, no con “Nuevo Vallarta”, que dicho sea de paso es una marca posicionada como  “Sayulita”.

Por otra parte, antes de cambiar un nombre a un fraccionamiento, que no se confundan, pertenece al Municipio al cual deben entregar, para que todos los hoteles y condominios paguen el agua al OROMAPAS y no a CONAGUA, que paguen por las reparaciones de sus calles, el alumbrado público, alcantarillado, tratamiento de aguas y demás, porque también ahí “roban” no pagan nada al municipio como debiera ser por sus servicios.

Tan solo en el periodo de José Gómez “los colonos” de Nuevo Vallarta pagaron vía cuotas 60 millones de pesos de agua al FIBBA, que a su vez no los pagó, de los cuales el entonces alcalde les gestionó su condonación con una aportación del cinco por ciento del municipio, se quedaron con ese dinero. A los hoteleros les encanta exigir vigilancia, limpieza de calles, seguridad, etcétera, cuando Nuevo Vallarta son varios condominios junto con su asociación de colonos que es solo una simulación, puesto que en el 2002 hicieron una asamblea en donde cambiaron los estatutos originales y definieron que la votación debe ser por metros cuadrados, no por propiedades, así que de 7 dueños hoteleros y los condominios mayoritean de forma espuria a los colonos unifamiliares, impulsores originales de la Asociación y este fraccionamiento.

El FONATUR no se queda atrás, ya que, desde hace mucho, constructores socialmente responsables, han denunciado que no pavimenta con la calidad requerida, porque hay un fondo anual de varios millones para rehabilitación de calles y avenidas, de ahí que los pavimentos de Nuevo Vallarta y Litibú, son todo el tiempo de mala calidad, para que al año se deterioren y se estén ejerciendo “robándose” esos recursos, con su evidente “moche” a funcionarios que es una cadenita.

Acciones previas

Antes de cambiar el nombre a Nuevo Vallarta, el Estado debe entregar el Fraccionamiento al Municipio, creado hace más de 32 años, para que lo maneje el Ayuntamiento y todos estos “empresarios desarrolladores de condominios y hoteles, paguen como se debe sus servicios y no bajo el pretexto de la promoción de empleos, los evadan y les condonen, es lo que marca la Ley; el Estado desde Ney González hasta Antonio Echeverría lo mantenían a través de FIBBA y la Asociación de Colonos, porque “han robado”, escamoteado el pago que corresponde al municipio.

Deben también desaparecer legalmente el FIBBA; ya no tiene razón de estar ni de ser, ha sido únicamente un “paraíso laboral” para mantener una improductiva nómina y un negocio del administrador en turno, como ya el propio Gobernador lo dijo, al concesionar a un extranjero sus instalaciones a precios miserables.

Igualmente tiene que integrarse una verdadera Asociación Civil de Colonos, democráticamente como lo marca la normativa, ya que hay 7 dueños hoteleros, más de 65 Condominios, más de 200 Colonos Unifamiliares y más de 275 lotes Baldíos, más las 40 mil hectáreas que recuperó el Gobierno Estatal, que dicho sea de paso debe meter en cintura a estos vivales que pretenden seguir manejando este Fraccionamiento y segur “robándose” el Impuesto al Hospedaje.

Algo de historia

La corrupción del Fraccionamiento Nuevo Vallarta, incluso inició desde su creación, cuando los ejidatarios de  Bahía de Banderas aceptaron las condiciones y el precio sumamente barato que les ofreció el gobierno a través del FIBBA, que nunca se imaginaron la alta plusvalía que en el futuro tendrían sus terrenos, esto fue en los años 70, cuando el Presidente Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, quien entonces era su Secretario de Gobernación le echaron el ojo a Bahía de Banderas, visionarios ni duda cabe, hasta el Presidente de Estados Unidos Richard Nixon se trajeron a Puerto Vallarta; fueron tiempos en que empezó el auge de esta región y que seguro que Echeverría se dio una vueltecita para este lado del puente, y una vez en Palacio Nacional impulsó fuerte la inversión en esta zona, le gustó mucho San Pancho, hasta una universidad puso ahí, que no era mala la idea.

Pero en estos años de distancia, el boom turístico llegó, hoy los herederos y algunos ejidatarios todavía vivos, se lamentan de haber aceptado las condiciones que el gobierno les otorgó en ese entonces por terrenos salinosos  e improductivos frente al mar; no había medios de comunicación, ni académicos, investigadores, especialistas en turismo ni editorialistas de prensa, que advirtieran o detectaran el futuro prometedor de la plusvalía de sus terrenos que el “Tata” Lázaro Cárdenas les repartió dos décadas antes, esa información y proyección nada más era exclusiva de “arriba”, tal como tenían la de Cancún, primera apuesta del FONATUR, organismo que a la par surgió en este tiempo; “TURISMO” era un término privilegiado para el gobierno y los pocos empresarios que desarrollaron los primeros destinos turísticos en México.

Con ese desconocimiento del futuro y de lo que son las expectativas, se despojó en despoblado por medio de mecanismos legales a través del Fideicomiso Bahía de Banderas (FIBBA), de miles de hectáreas a los posesionarios originales de esta tierra, a precios irrisorios, que hoy se comercializan en millones de dólares. En este contexto hubo ejidos como La Cruz de Huanacaxtle, que no se creyeron tanto de los cuentos, con tan solo 34 ejidatarios en su padrón, ya que en eso fueron enfáticos, no permitieron jamás incrementar el número de integrantes de su comisariado, para tener un mejor control de sus mil hectáreas; van falleciendo los titulares y los herederos posesionan el “derecho ejidal”, fórmula que les ha funcionado para un mejor control de sus activos, lo hicieron desde el principio, cuando FIBBA les expropió los terrenos, que dicho sea de paso, esta institución no cumplió lo que entonces prometió.

En la actualidad según información de SECTUR, el destino de playa denominado

“Riviera Nayarit”, no “Nuevo Vallarta”, porque el alto turismo se va a Punta de Mita, hasta el pasado 22 de diciembre, tuvo la preferencia en ocupación hotelera en un 81.4 por ciento, contra 77.6 del vecino Puerto Vallarta, y según datos preliminares al culminar el periodo vacacional este 6 de enero, la ocupación estaría hasta el 90 por ciento, con una derrama económica de 10 millones de dólares, por lo que el turismo debe consolidarse como detonante, para impulsar no nada más Bahía de Banderas, sino todo Nayarit, con un encadenamiento del los tres sectores de la economía, para que se produzca en Nayarit lo que la industria sin chimeneas requiere y lleguemos al despegue de la industrialización, con esto la reactivación de la economía estatal.

Finalmente, la Riviera Nayarit es una falacia inventada por Ney González coludido con empresarios corruptos de cuello blanco para enriquecerse al amparo del poder político, que siguió con Roberto Sandoval y Antonio Echevarría García, y con respecto al Impuesto al Hospedaje, los capitalistas deben pagar de sus ganancias su «promoción turística internacional», ya que el origen de la recaudación, es para invertir en obra pública y desarrollo social, pero mañosamente en tiempos de Ney hicieron una adición al decreto de ese impuesto, para «legalizar» ese robo descarado de la mafia de hoteleros explotadores, evasores de impuestos al igual que siguieron manteniendo el Fraccionamiento Nuevo Vallarta, para que lo maneje el Municipio y paguen como debe de ser su seguridad pública, el alumbrado, tratamiento de aguas negras, agua potable y alcantarillados, así como el mantenimiento de calles. Bien por la decisión del mandatario Navarro de terminar con esa corrupción de cuello blanco.

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