Hablando del Agua y de Panteones

Por Francisco Javier Villa

Hablando del Agua y de Panteones

Bahía de Banderas es sin duda un municipio lleno de singularidades, de manera especial lo que concierne a la cabecera municipal y al ejido de Valle de Banderas, que a decir verdad ha sido el núcleo agrario de este sur de Nayarit que ha dispuesto y propuesto el crecimiento, no equilibrado, más si generoso en lo relativo al entregar espacios, llámense terrenos al gobierno municipal y al estatal para establecer desde escuelas, hasta lugares de esparcimiento deportivo para el apoyo a la población.

El ejido de Valle de Banderas es el más grande en extensión, ha sido fraccionado por Las Juntas e Ixtapa, colinda con Puerto Vallarta por la zona del aeropuerto, la colonia Guadalupe Victoria y la zona de Boca de Tomates, aún así ha dispuesto terrenos para integrarlos a las actividades turísticas, como las tierras cercanas al río Ameca, detrás del enorme fraccionamiento de Valle Dorado y en donde Vidanta ha construido su emporio hotelero y construye en etapas lo que será el atractivo Circus O Soleil que será sin duda un imán para la llegada de turistas de todo el mundo y que de seguro está Boca de Tomates en la mira de inversionistas para construir algo más que palaperos que venden pescados y mariscos a la orilla del mar.

Pero esa es otra historia, ahora lo que trato de explicar es que el ejido de Valle de Banderas con más de 400 miembros ejidatarios, han aprobado el comodato y la donación de muchos terrenos para que el gobierno municipal se establezca en ese Valle de Banderas que tiene una historia envidiable, pero que los gobiernos municipales y del estado no le han retribuido, al menos con el agradecimiento por todo lo que han aprobado en las llamadas asambleas duras de este núcleo ejidal, como es el caso reciente de las hectáreas que dispuso dar en comodato al ayuntamiento para la construcción del palacio municipal y que resultó ser, dicen los que saben, “una tomadura de pelo” con la edificación de un “palacio de cartón” que al final sigue derrumbándose, sin uso, ni beneficio, en donde el pleno del ejido sigue siendo el propietario del enorme terreno, y ahora ya no es un elefante blanco, es un peligro real que la empresa que lo construyó no ha sido capaz de derribarlo y liberar dicho espacio para que se use en algo más que en nada, pues en ese lugar se había dicho que se haría en principio una unidad deportiva para beneficio de toda la cabecera municipal y que solo quedó todo en platica, pues Rafael Cervantes Padilla en su administración dispuso crear el palacio municipal, cuando ya le habían ofrecido el campo deportivo Vadeba para que en ese lugar se construyera la presidencia municipal, pero como dije, eso ya es historia, la cuestión aquí es que la ingratitud de los que llegan, desechan los acuerdos que benefician a los ejidatarios, ya que en principio se dijo que les construirían a los ejidatarios el edificio administrativo y de fiestas en donde alguna vez tuvieron allá por las calles Venustiano Carranza y Allende, un espacio de esparcimiento que ahora está en obra negra, un kilo de saliva que ahí sigue pendiente, mientras que el acuerdo aprobado por el congreso del estado de que a los ejidatarios se les proporcionarían 30 mtrs cúbicos de agua potable, drenaje y alcantarillado por parte del Oromapas (quien está posesionado de una casona propiedad del ejido) o sea servicio del vital liquido y los demás servicios que ofrece Oromapas sería gratuito por todos los espacios de tierra que han sido donados sin cuestionar nada y otros en comodato, tal es el caso además que a los viejos ejidatarios les llegan a sus domicilio recibos del Oromapas hasta por más de 500 pesos y establecen que unos apenas gastan 16 mtrs cúbicos de agua, cosa que no fue lo acordado.

Pero en fin, ahora la cosa está peor, el ejido de Valle de Banderas dispone de dos panteones ejidales, uno que ya rebasa sus espacios, el otro en donde entierran a ejidatarios y familiares, donde ya no se permite usarlo por gente foránea o sea que si no eres ejidatarios tienen que buscar en donde enterrar a sus difuntos, algunos se van a los panteones del vecino Puerto Vallarta o de plano a sus lugares de origen, muchos mejor creman a sus muertitos, pues tampoco en los ejidos de San Vicente, San José del Valle, San Juan de Abajo, El Porvenir, Bucerías, Jarretaderas y demás ejidos ya no dejan enterrar a nadie que no sea ejidatario de su propio núcleo agrario.

Es necesario que el gobierno del estado, conjuntamente con el municipal de Bahía de Banderas piensen en construir al menos dos panteones municipales, ya que en San Juan de Abajo tienen uno nuevo que es poco utilizado, ignoro si es ejidal o municipal, pues con la administración del doctor Jaime Cuevas Tello se construyó y hasta el doctor dejó varios espacios listos para ser usados con gavetas, pero lo que comentamos es en Valle de Banderas que no tenido la correspondencia por parte de los gobiernos municipales, ya que los ejidatarios dan, pero sienten que no les devuelven nada, ni el servicio del agua potable y eso que donde están los pozos profundos son propiedad del ejido, ver para creer.

Por cierto, ya vi por algún rincón de la presidencia la foto enmarcada de José Gómez Pérez que hace falta en la galería de presidentes que se ubica en el salón de cabildo, o sea que de seguro nos va a tocar verla colgada como las demás que ahí se encuentran.

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