Por Nayar Araiza López
Cabildo de Bahía: la Cuarta Transformación… ¿en qué?
En Bahía de Banderas, el Cabildo de la autodenominada Cuarta Transformación parece más un club de peticionarios VIP que un órgano de representación ciudadana. Salvo honrosas excepciones (como el Verde y el Güero Arreola, no entran MC ni PAN, pues no son 4 T, ni la Síndico Daniela, ella hasta le pone de su bolsa) el resto de regidores y regidoras se han especializado en el arte de pedir y pedir, dinero, canonjías, favores, gestiones. Todo, menos trabajar.
El presidente Héctor Santana ya no los aguanta. Y no es para menos, con sueldos que superan los cien mil pesos mensuales, la productividad legislativa es nula. ¿Dónde están las iniciativas de reglamento? ¿Dónde los dictámenes? ¿Dónde la prometida rendición de cuentas? En lugar de legislar, se dedican a regalar despensas para la foto en el Feis, como si fueran influencers del asistencialismo.
La última joya, una encerrona antes de la sesión de Cabildo, para presionar a la Tesorera y regañar funcionarios que no les “resuelven” sus gestiones. ¿Gestiones? ¿O favores con factura? Porque más de uno cobra sus «gestorías» por lo que debería ser parte de su chamba. No tienen llenadera. Los del PT los más pediches.
La transformación prometida se quedó en slogan. Lo que hay es simulación, clientelismo y una preocupante comodidad con el cinismo. Ya viene diciembre y quieren sus jugosos aguinaldos y su «moche» de compensación extra. Y mientras tanto, Bahía espera… y paga. Va.

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